jueves, 5 de mayo de 2016

El gato negro

De camino a casa, un gato negro se cruzó delante de mí, yo iba caminando así que me fije fácilmente que se sentó en el medio de la vía, esperando a que llegara; no tengo buena vista, pero pude divisar igual de fácil sus grandes ojos amarillos;  ilógicamente empezó a crecer un temor en mí, como si se tratara de una película de terror,  mientras esto pasaba continúo mi camino dudando de aquel animal; sus intenciones y futuros actos se volvieron parte de mis pensamientos, sin querer le tome miedo, un escalofrío recorrió mi nuca, mientras mi manos se tornaban frías y pálidas, me concentre tanto en lo que este animal pudiera hacer que hasta pensé en tomar otra vía a casa,  pero ya era muy tarde, ya había caminado lo suficiente como para tenerlo cara a cara; me detuve lentamente, admirando el secretismo del animal, el cual no quitaba su vista de mí, era pequeño, hasta me atrevería a decir que de poco tiempo de nacido. Pero algo tenia, su mirada, su postura, su silueta la cual, habiendo poca luz se perdía en la oscuridad, dejando ver nítidamente sus ojos amarillos. Seguro paso un instante, menos de 2 minutos, pero si puedo asegurar que se sintió una eternidad, la cual de pronto se tornó en decepción, ¡el gato siguió su camino!. Que tonto fue dudar de ese animal, reí moderadamente pensando “gato loco”, secándome la cara de sudor, caminando hacia adelante, hacia mi casa, aliviado y burlándome de mí mismo, casi suelto las cosas que llevaba, voltee a ver a donde se había ido el gato pero no pude divisarlo, no era importante, total ya había pasado “lo peor”. Al mirar hacia el frente, me detuve en seco, mi mente quedo en blanco, podía escucha mi respiración, mi corazón latir, y la inmovilidad era total, causada por la escena que vi, exactamente la misma, donde estaba otro gato, esperándome adelante sentado cerca de un poste  igual que el anterior, con poca iluminación con exactamente las mismas características, incrédulo por la escena, sabiendo que no era un “deja vu” voltee como pude para ver que estaba pasando, y me dejo aún más atónito saber que no había avanzado nada, lo que creía haber caminado por el sendero sami oscuro parecía una ilusión puesto que me encontraba en el mismo sitio, mi mente me estaba jugando una mala pasada,- ¿Qué está pasando?- Dudando de mi cordura, camine a paso acelerado hacia el gato, esta vez no solo con temor si no con incertidumbre, el animal parecía estar congelado, hasta que empecé a notar que su cabeza seguía mi mirada, no importaba que hiciera seguí adelante, me atrevo a decir que casi cierro los ojos esperando lo peor.. Pero en un ataque de miedo, corrí, pase por al lado del gato sin siquiera mirarlo y corrí hasta que me canse, puse en el suelo mi mochila, y mi bolso de la laptop para recuperar el aliento más fácil. Vi hacia atrás y no quedaba rastro del gato, del poste, de la oscuridad, del maldito camino!!! Estaba aliviado. Tome aire, recogí las cosas y no di ni un paso cuando me fije en la horrible escena, solté todo lo que tenía, mi garganta se bloqueó, casi no podía respirar, mis rodillas temblaban y solté un grito seco. Estaba otro gato esperándome allí adelante. Otra vez esta extraña escena, este mini cuento de horror se repitió la tercera vez. No era posible, no estaba pasando. Voltee nuevamente y no había avanzado nada en mi camino a casa, tal como la primera vez.



Cuando avanzas en la vida, existen sucesos que te marcan, hechos que te paralizan o que te hacen dudar de ti mismo. Tu miedo sale a relucir, y no eres más que un niño delante de él. Es sabido por muchos que “lo que resistes persiste” siempre hasta que logras superarlo. Este relato narra mi propio “circulo” de eventos en el cual siempre se repetía la misma situación, únicamente como consecuencia de no haberla superado en primer lugar. No vengo a decirte como superar al gato negro, ya que eso es una acción personal, pero si vengo a decirte que en tu vida, ese gato negro seguirá apareciendo hasta que lo superes, o hasta que no puedas más con él, en ese punto ira a vivir a tu casa como constante recordatorio del miedo que existe en ti, enterrado pero manifestándose hacia afuera tal cual proyector de cine. Puede ser en forma de relaciones disfuncionales, hombres o mujeres que son “malos” para ti, tentaciones físicas o financieras, cualquiera que se te pueda ocurrir. El gato negro esta para enseñarnos algo, esta de ti decidir aprender. 

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